martes, 8 de octubre de 2013

5 de octubre


Después de el verano se suponía que la vuelta a la calle de una manera más general y para todos iba a ser el #5Oct fecha en la que según los periódicos digitales " el 15M volvía a las calles" convocada en Sol la manifestación no tuvo la repercusión que yo esperaba. Es evidente que tenemos que replantearnos las convocatorias y la comunicación porque no vamos a ningún sitio con 2000 personas en una manifestación un sábado por la tarde.
No se si la gente se ha cansado de salir a la calle para que no los escuchen, si no se enteraron o si la fecha/hora no era la adecuada, lo que sí se es que restamos gente en vez de sumarla.

¿Estamos cansados de salir a la calle? No lo entiendo. Nos roban pensiones, educación y sanidad, prestaciones por desempleo, el deporte municipal, nos cobran repago en los medicamentos y traslados hospitalarios, ahora añaden también 4.20€ a pacientes crónicos por cada medicamento de la farmacia del hospital. Pero nosotros estamos más cómodos en nuestro sofá viendo ganar al Atleti. A veces pienso que tenemos lo que nos merecemos.

Si no se han enterado de la convocatoria el problema lo tenemos nosotros, y no es nada nuevo. La vida no son las redes sociales y si no incluimos carteles y explicamos de la manera tradicional mucha gente queda excluida de los movimientos sociales.

La hora/fecha no eran las adecuadas. En este caso creo que sí, que poca gente tiene compromisos ineludibles un sábado por la tarde/noche y en ese caso volveríamos al primer punto.

La verdad es que no se muy bien que está pasando, ni por qué la gente se va desvinculando de movimientos sociales cuando es más importante que nunca tener esa red de apoyo mutuo como la PAH o las mareas. Puede que sea desencanto, quizá creímos aquel mayo de 2011 que íbamos a conseguirlo enseguida y que iban a escucharnos porque no les quedaba otra opción. Puede que como cantaba Ismael Serrano nos estemos dando cuenta que bajo los adoquines no había arena de playa. Yo sigo aquí, nos vemos en la calle.



Aquí un resumen fotográfico del #5Oct

Twitter, 15M, Iphone, y periódicos

Para mí, Twitter y 15M van unidos. Conocí el inicio del movimiento y la manifestación que lo originó a través de esa red social y al mismo tiempo no entiendo twitter sin ese calado social que lo caracteriza.
Durante el mes que pasé acampada en Sol era mi manera de estar comunicada con el mundo, me levantaba a las 6 para que me diera tiempo ir a casa y ducharme antes de ir a trabajar ( si, que pasa soy perroflauta pero limpia) y el trayecto en autobus me servía para ponerme al día de las noticias, leer a compañeros de otras ciudades y contar mi propia experiencia en lo que pasó a llamarse #acampadasol
Los primeros días en que la preocupación principal era el posible desalojo de la plaza, las redes sociales y los moviles con conexión a internet eran claves para mantener a la gente informada, se contaba lo que estaba pasando, se pedía ayuda si era necesario, hasta hacíamos la "lista de la compra" para la gente que quería colaborar.
Pero lo que aún no teníamos claro era el poder de los medios de comunicación tradicionales y no nos habíamos planteado como contrarrestar sus informaciones.
Por eso los primeros dias de acampada ocupabamos las noches en organizar las asambleas, crear las comisiones de trabajo e intentar estructurar lo que pasó a llamarse 15M o de los "indignados" en todos los periódicos de tirada nacional

Esa expansión hubiera sido impensable sin las redes sociales y sin la ayuda de los medios tradicionales. Todos esos comentarios sobre nosotros, nuestra manera de vestir, si fumábamos o si llevábamos rastas, pasaron de ser simples comentarios más o menos afortunados en una TV o periódico nacional a un impulso todavía mayor a lo que estábamos creando.

Ni los medios de comunicación tradicionales con sus comentarios, ni la policía con sus palos, y mucho menos los mandos y políticos responsables se dieron cuenta de que en lugar de apaciguar el movimiento no hicieron si no relanzarlo.
Aún siguen sin enterarse, y hasta que no se den cuenta seguiremos aquí, diciéndoles que tenemos razón y lo sabemos,que les estaremos esperando.

Reforma o revolución

Se puede creer que el sistema en el que vivimos es el equivocado que nos lleva al abismo y desear por tanto que desaparezca y empezar a construir otro desde cero, o por el contrario pensar que tiene cosas buenas y sólo hay que hacer cambios en algunos aspectos para conseguir una vida mejor. Ésa es la diferencia entre revolucionario y reformista y se ha ido haciendo cada vez más evidente en este último año debido a la crisis económica.
Desde la aparición de 15M, DRY y demás movimientos ciudadanos, ha ido aumentando la gente que se llena la boca hablando de cambiar el sistema, revoluciones para los obreros y de lo importante que es lo que ellos predican, pero a la hora de poner las cartas sobre la mesa la mayoría se revelan como reformistas moderados que sólo quieren que se modifique lo que a ellos o a su entorno más cercano les influye personalmente, es gente que en ningún caso aceptaría, por ejemplo, un empeoramiento de su nivel de vida que sirviera para mejorar el de un país lejano. Pero ¿dónde estaban cuando parafraseando a Aznar "España iba bien" teníamos vacaciones en destinos exóticos, dos coches, casa en la playa y además te ofrecían un trabajo de 1200 euros al mes y parecía poco? En ese momento, no tan lejano por cierto, a ninguno de ellos le preocupaba la tan manida Ley d'Hont ni les molestaba que los políticos tuvieran sueldos vitalicios o gastos extra imposibles de justificar. Pero ahora se han acabado los chollos, hay que apretarse el cinturón y vienen las protestas, les empiezan a parecer mal las mayorías absolutas del PPSOE o injusto que un diputado se gaste en dietas un dinero que el Estado no tiene. A mí también me parece mal, por supuesto, pero no porque ahora estén las cosas difíciles, si no porque siempre me lo ha parecido y me lo seguirá pareciendo aunque vuelvan las supuestas vacas gordas y a casi todos los que ahora quieren dar lecciones de revolución se les olviden sus consignas. El problema no es que cuatro politicuchos gasten de más o estafen a los ciudadanos sino un sistema que les permite hacerlo y que incluso les premia por ello. Ese capitalismo feroz que trata de abarcar el máximo posible, pasando por encima de las personas, un capital para el que no existen fronteras, porque el dinero puede viajar a cualquier país sin que nadie le pida los papeles, porque nos han convencido de que es bueno que el dinero fluya y es normal que los empresarios tengan cuentas en paraísos fiscales sobre las que los gobiernos no tengan capacidad de operar.

Y ése es el sistema que los reformistas quieren mantener, piensan que con listas abiertas, control de la corrupción y mantener la seguridad social será suficiente para tener una vida más o menos estable, sin darse cuenta que mientras el sistema lo permita y esté basado en el dinero habrá corruptos, empresarios explotadores y gente que no tenga para comer. Dicen que el objetivo es ir a mejor, sin pararse a pensar si de verdad ir a mejor es tener 2 coches, un apartamento en Torrevieja y poder llevar a tus hijos a un colegio de pago,o si eso sólo es lo que otros les han hecho creer. Para mí en cambio, ir a mejor es conseguir que todos lleguemos a un nivel de vida razonable, que no haya por ejemplo inmigrantes sin papeles que no puedan trabajar, que no exista gente durmiendo en la calle por necesidad, o que los gastos principales del estado sean la sanidad y la educación públicas para todos los ciudadanos y no la Iglesia y el ejercito. En resumen, un nuevo sistema de organización y de vida, que respete a las personas por encima del dinero.

Pero de momento ese cambio es inviable, hay demasiados elementos en contra. Por un lado lógicamente los poderosos mandatarios económicos que bajo ningún concepto querrán ver reducidos sus beneficios o tren de vida en pos de una mejora general, y por otro esos millones de obreros a los que engañan con la posibilidad de un futuro mejor y la falsa esperanza de que trabajando por y para el capital conseguirán llegar a ser adinerados empresarios. Los primeros son fácilmente eliminados de la ecuación, el pueblo puede obligarles a dejar sus actividades, ceder terrenos, vaciar sus cuentas, por las buenas o por la fuerza. Pero los segundos son el gran problema, todos esos que trabajan por mil euros pero no toleran que a un millonario se le expropien sus beneficios porque les han inculcado a fuego que no hay nada por encima de la propiedad privada ni siquiera las personas y sueñan con ser ese millonario algún día, así que defienden a capa y espada a los que les explotan y al sistema injusto que lo permite. Ese debe ser el caballo de batalla de cualquier movimiento social que pretenda un cambio real de sistema, convencer a todos esos obreros explotados de que su futuro no será convertirse en adinerados, si no que estarán toda la vida trabajando para el mejor postor, con una falsa creencia de riqueza y progreso a costa de acumular cosas materiales que creen imprescindibles en su vida gracias a la televisión y demás medios de comunicacion.

Eso es lo que tenemos que pararnos a pensar antes de seguir la lucha, si queremos reforma o revolución, si nuestro objetivo es volver al "España va bien " donde escondíamos a los pobres debajo de las alfombras y nos creíamos ricos por tener un coche en el garaje o si lo que buscamos es un sistema nuevo desde cero, en el que lo básico sea vivir y no producir. Porque no es igual. Si queremos un sistema nuevo por completo no podemos permitirnos el lujo de no definirnos, decir que se puede luchar desde dentro, o levantar las manos y regalar flores a los antidisturbios que vengan a impedirnos avanzar. Porque una auténtica revolución necesita entrega, lucha activa en la calle, el mismo nivel de acción que de reflexión, y sobre todo tener las cosas claras y exigirlas firmemente.
El 12 de mayo podemos gritar eso de "que no nos representan" levantar las manos, sentarnos a meditar y volver a casa engañándonos y pensando que hemos avanzado. O podemos (por fin) poner las cartas sobre la mesa y no salir de las calles hasta conseguir todo lo que nos hemos propuesto. Está en nuestras manos, en las de nadie más
.
Cuando yo me vaya, no quiero que llores,
quédate en silencio, sin decir palabras,
y vive de recuerdos, reconforta el alma.

Cuando yo me duerma, respeta mi sueño,
por algo me duermo, por algo me he ido.
Si sientes mi ausencia, no pronuncies nada,
y casi en el aire, con paso muy fino,
búscame en mi casa, búscame en mis libros,
búscame en mis cartas, y entre los papeles
que he escrito apurado.

Ponte mis camisas, mi suéter, mi saco,
y puedes usar todos mis zapatos.
Te presto mi cuarto, mi almohada, mi cama,
y cuando haga frío ponte mis bufandas.
Te puedes comer todo el chocolate
y beberte el vino que dejé guardado.
Escucha ese tema que a mi me gustaba
usa mi perfume y riega mis plantas.

Si tapan mi cuerpo, no me tengas lástima,
corre hacia el espacio, libera tu alma,
palpa la poesía, la música, el canto
y deja que el viento juegue con tu cara.
Besa bien la tierra, toma toda el agua
y aprende el idioma vivo de los pájaros.

Si me extrañas mucho, disimula el acto,
búscame en los niños, el café, la radio
y en el sitio ese donde me ocultaba.
No pronuncies nunca la palabra muerte.
A veces es más triste vivir olvidado,
que morir mil veces y ser recordado.

Cuando yo me duerma,
 no me lleves flores a una tumba amarga,
grita con la fuerza de toda tu entraña
que el mundo está vivo y sigue su marcha.

La mecha encendida no se va a apagar
por el simple hecho de que no esté más.
Los hombres que viven no se mueren nunca,
se duermen a ratos, a ratos pequeños
y el sueño infinito es sólo una excusa.

Cuando yo me vaya, extiende tu mano,
y estarás conmigo sellado en contacto,
y aunque no me veas, y aunque no me palpes,
sabrás que por siempre estaré a tu lado.

Entonces, un día, sonriente y vibrante,
sabrás que volví para no marcharme