domingo, 9 de diciembre de 2012

Decidir

Nos pasamos la vida tomando decisiones, pero nadie nos enseña a tomarlas. Desde pequeños nos obligan a elegir si preferimos ir a futbol o a piano, si somos de un equipo u otro, qué queremos ser de mayores  (cómo si lo que más nos interesara cuando tenemos 6 años es lo que haremos "cuando seamos mayores" ) Es tomando decisiones cómo nos vamos definiendo a medida que crecemos, elegimos si nos gusta el arte, el deporte o la mecánica y nuestra elección (propia o inducida por otros) hace que tomemos un camino determinado, que con ¡15! años decidamos si somos "de ciencias o de letras" y más tarde si haremos tal o cual carrera universitaria o si preferimos ponernos a trabajar.
Pero lo peor de las decisiones que tomamos en la infancia y la adolescencia es que en su mayor parte no son las nuestras sino las que creemos "normales", porque no nos enseñan en base a qué debemos elegir. Nadie quiere sentirse excluido "¿Eres un niño y no te gusta el fútbol? Que raro" O "no elijas danza que eso no tiene salida, hombre"
En el colegio nos hacen elejir constantemente: "matemáticas o lengua" biología o historia" Pero no nos dan las herramientas para tomar una buena decisión. ¿En base a qué elegimos? Pensando por ejemplo en futuras (e irreales) salidas profesionales o en lo más "sencillo" de aprobar. Se nos olvida lo principal, si nos sentiremos a gusto con nosotros mismos con la decisión que tomemos o si nos condicionará hacia una vida que quizá no habríamos elegido si nos hubieran planteado las opciones desde otro punto de vista

¿Qué debemos tener en cuenta para decidir algo importante? Y, ¿Qué tenemos en cuenta aunque no queramos? Cuándo decidimos, sin saberlo tenemos en cuenta la cultura en la que vivimos, la educación que nos han dado o nuestros valores. Lo que deberíamos valorar, no lo tengo muy claro, supongo que dependerá de la situación y el tipo de decisión que debamos tomar, pero sí creo que aunque nos demos cuenta a la larga de que nos habíamos equivocado debemos sentirnos bien con lo que elijamos, en lugar de tener en cuenta cosas como el dinero o la posición social.

Yo ahora tengo que tomar una decisión muy complicada, que afecta a una persona a la que quiero y que influirá directamente en su vida y para siempre. Pero lo que decida no afectará sólo a ella sino a toda la gente que está a su alrededor, a mí incluida, así que más me vale acertar. Lo que no tengo nada claro, y supongo que es por lo que he explicado antes de que nadie nos enseña a decidir, es qué tener en cuenta. No sé si decidir valorando lo que yo quiero, lo que quiere la persona, lo que me parece mejor para todos o simplemente lo menos arriesgado.

Al fin y al cabo, no se si alguien puede enseñarte a elegir porque lo que es bueno para uno no sirve para el de al lado y al revés. Quizá como se suele decir, hacerse adulto es ir tomando decisiones, aunque de la mayoría terminemos arrepintiendonos antes o después.